Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un lienzo en https://katrinaruiq298569.bligblogging.com/39254150/causas-y-consecuencias-del-cabezazo-de-zidane