Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas https://heathoccq952414.blog-ezine.com/38865555/el-cabezazo-de-zidane-análisis-emocional